lunes, 24 de noviembre de 2014

GUILLERMO BEDREGAL GARCIA-VALENCIA a los 40 años de su muerte



GUILLERMO BEDREGAL GARCIA-VALENCIA en esta imagen que le tome en la casa de la calle 13 de Calacoto hace 40 años él escribía las últimas líneas de su obra, luego guardando cuidadosamente sus escritos nos comunicaba la terminación de su libro, era septiembre de 1974.  Llevaban dos meses de matrimonio con mi hermana Corina y seguían en su luna de miel.

Pocas semanas después concluiría su vida en un accidente automovilístico a mi lado un 26 de octubre cargada de premoniciones que se cumplieron tal cual… afectando las vidas de todo su entorno cercano, y a mis 18 años mi vida giro 180 grados.
La historia que me ata con el poeta se inicia en febrero de 1974 y que a pesar de haber convivido intensamente apenas pocos 9 meses nos unia una estrecha y profunda amistad hasta su muerte...

"El conocimiento poético es interno, la calidad poética es interna. Hay en la actualidad la tendencia para identificar la poesía de los poetas con la fuerza mágica interna que ofrece un camino a la vida y que permite influir sobre ella"   Artaud


Del Fuego se deduce la Humedad
Del fuego se deduce la humedad, de la humedad el aire
donde se ocultan todas las cosas del mundo; las corrientes
en mundos subterráneos las semillas en el hielo de donde
surge para amoldar lo que en el tiempo no es tiempo.
Es tiempo en el tiempo de una imagen que perdura en tu ámbito
porque tú eres forjador del ámbito; son lugares que convergen en sí;
donde los valles se adelantan a las nubes y llueve en la lumbre
sin que se apaguen los rostros de donde adviene toda lumbre:
los rostros de muertos, sus ojos revividos por la virtud de lo fugaz
en la permanencia y de la permanencia asentada para siempre
en tu vínculo amoroso con el universo.

Guillermo Bedregal García-Valencia  (1954-1974)


La poesía se une a la raíz misma de la existencia mediante el sentimiento que impulsa, mediante el conocimiento que alcanza a vislumbrar una faceta de la verdad que elige la palabra más adecuada para comunicar esta visión; mediante la voluntad que mueve al conjunto para unirse con lo profundo de la vida y, sobre todo, mediante el símbolo que el inconsciente emplea para dar una idea de ese algo misterioso y fugitivo que construye toda existencia. 


Al pie de las revelaciones (1)
     

Me has dicho una vez que la vastedad del mar ha
deseado escaparse del acercamiento a la meseta,
     cuando dormía el fragor del frio
     siendo transportado todo por una partícula dañada de
tu alma
     mientras mis sueños abandonaban el sueño,
      hallando en tus espaldas magnitudes desiertas, bosques
clamorosos por la forma humana,
     y un abismo abierto en la vejez que tiene toda lluvia la-
vada de encanto por el encanto de que la absorbas tú.
     El ser que desde mis tejidos espera a que yo sea, quiere
conocer los cauces que vinculaban tu mirada con la
sombra que apenas percibimos del abismo 

     Guillermo Bedregal Garcia-Valencia (1954-1974)
 

Estoy despertando y tengo rostro de morir (2)



Estoy despertando y tengo rostro de morir;
flexiono el hueso que no pensé morar
y me duele cada intento de elucidar mi calavera,
de entender un río
o imitar el canto que retenga la lluvia en la paja viva,
olvidando el cielo y recordando la tierra.

El lugar de este rostro es el sur de tu memoria,
el sur que humedece sin que notes tu cabello,
el sur que entristece lo que miras
que te cansa,
y seca el fuego,
tocando las palabras de un presagio donde ya has muerto.
El lugar de este rostro es mi rostro viéndote llover.


Guillermo Bedregal García-Valencia (1954-1974)

Se está solo contigo en el azar del mar (3)

Es gracioso tocar con los ojos el ruido del oleaje;
es indiferente el abismo de las gotas en el rostro,
cuando la sequedad te está llamando:                                        
cuando sabes que sólo lo seco te humedece las venas,
que tus huesos son de ríos acabados,
que por la sequedad  has llegado al mar
y que ahora ésta te llama para completar la oscuridad.
Eres de altura y polvo,
y tu alma es el ámbito para que la lluvia culmine en estrellas.
Eres de ciudades abandonadas por la luz
donde todo es indirecto con excepción del abandono mismo.
Eres del color del mar
pero tus manos huelen a frío
y en mi tu avidez ha dejado la manera de retornar y de            
despedirse.

 Guillermo Bedregal García-Valencia            
       15 enero 1954 – 26 octubre 1974



Nunca me hubiera imaginado que de verdad libraría sin saber leer ni escribir mi propia batalla  a partir de aquel 9 de octubre de 1998 en la Galería de Arte Salar llamada “A propósito del Espíritu” en homenaje a Saenz y Bedregal donde presente las anteriores imágenes que son muy significativas por tener la pretensión de ver en ellas reflejada parte de mi vida, las que fueron expuestas en mas de 90 paneles y una cosa fue sacando otra… tras un largo recorrido al presente,  llegare finalmente a concretarlo. 


Pienso que con su muerte él me regalo a un gran amigo y maestro sin par Jaime Saenz. Con el tiempo ambos poetas fueron la fuente de muchos de mis emprendimientos. Y con el transcurrir del tiempo saber  que la magia existe como me decía Guillermo esta nace a partir de tener una ilusión… un sueño, para luego hacer un plan y  este definirlo en un proyecto para llevarlo al mundo físico, y una vez concretado este, se habrá logrado que la magia  nacida de la ilusión y de las ansias humanas sea parte de nuestro mundo, de lo cotidiano, por lo tanto la palabra imposible fue borrada del diccionario como rezaban los estatutos de los talleres Krupp. 
Este trabajo confirma aquello en homenaje a los poetas, héroes y mineros junto a la fuerza de la tierra expresada en la naturaleza propia de los volcanes.

Es ese sentir como si uno tuviera una idea tan fuerte que parecería que se convierte hasta en algo parecido a un mandato que cumplir. Un peso cada vez más pesado que nunca se acaba y todo se convierte en un punto referente de Fe renovando la nuestra al darla a su vez a los demás, esa es la cuestión: el vivir con una filosofía de esperanza y de optimismo, solo así seremos más efectivos y eficientes para nuestra sociedad.


Hemos venido trazando y tejiendo en nuestros corazones nuestro propio mapa interno "VOLCANES Y MINEROS, HÉROES Y POETAS” Es decir la vida misma con subidas y bajadas, a momentos tocando la cresta de la ola que dura menos de lo que dura una chispa, y con la misma velocidad llevándonos con no poco vértigo al otro lado de la moneda la que dura muchísimo más, entrando de lleno al plano de lo realmente desconocido aprovechando casi instintivamente las fricciones que salen al encuentro forjando nuestras vidas: 
 http://alfonsobarrerov.blogspot.com/2011/02/retrospectiva-del-trabajo-realizado.html




La poesía está unida a la vida como la vida está unida al ser 

En Torno a un poema de Guillermo Bedregal García-Valencia  
Jaime Martínez Salguero “PRESENCIA” Literaria - Domingo, 2 de Diciembre de 1984

LA POESÍA esta unida a la vida como la vida esta unida al Ser. Esta unión se produce mediante el ejercicio de las potencias que permiten al hombre hacerse cada vez más hombre y, por eso, profundizan el acto vital, lo enraízan cada vez más en el núcleo del Ser. La poesía se une a la raíz misma de la existencia mediante el sentimiento que impulsa, mediante el conocimiento que alcanza a vislumbrar una faceta de la verdad que elige la palabra más adecuada para comunicar esta visión; mediante la voluntad que mueve al conjunto para unirse con lo profundo de la vida y, sobre todo, mediante el símbolo que el inconsciente emplea para dar una idea de ese algo misterioso y fugitivo que construye toda existencia. De ahí que el universo poético sea imaginativo y cognoscitivo al mismo tiempo; imaginativo, en el sentido que imagina, que transforma en imagen a la intuición que se ha alcanzado y, en ese punto de contacto, se une con la verdad aprehendida con todo el ser del hombre, con su consciente que quiere comprender y con su inconsciente que ansía iluminarlo por medio del símbolo.
La poesía de Guillermo Bedregal García tiene una especial atmosfera que busca horadar la superficie de la vida para ponerse en contacto con la verdadera substancia que ella tiene. En esta poesía estamos ante una sutil melancolía que a veces, suele convertirse en nostalgia de algo perdido que el poeta no alcanza a recobrar en el momento de escribir; esos sentimientos se unen indisolublemente con el símbolo que encierra un mensaje encontrado en la profundidad de las cosas; el cual, además, está envuelto con el bello ropaje de la imaginación. Lo interesante de esa poesía es que, probablemente, el poeta, más atento al aspecto estético de su escritura, no se daba cuenta de su mensaje; es decir es la poesía de un iluminado nato que habla con la voz del profeta, utilizando sus propias palabras pero entregando un mensaje que le llega de otro nivel, al cual él tiene acceso de manera más inconsciente que consciente.
Bedregal tiene el afán de penetrar en lo profundo del misterio, actitud que se nota por ejemplo en su poema “En el estar de las cosas”, en una de cuyas partes dice;

          “Y se une tu cuerpo al cuerpo de esa sombra
        en el confín que la mantiene,
        con la melodía que une su altura a tu silencio”


El encuentro del hombre con el Ser llega en el silencio, cuando la mente se ha vaciado de los innecesarios sonidos de los pensamientos fatuos que arden sin contenido y sin substancia; cuando el espíritu ha madurado con el abono del silencio decidor de verdades apenas entrevistas. En ese instante, que más que revelación es iluminación, se llega a la contemplación de lo no comprendido. Se acerca a la visión del Ser. A la iluminación se accede por la súbita apertura de algún misterioso mecanismo de la mente que, de pronto, la pone en contacto con la verdad buscada; la cual, sin embargo, sólo se muestra pero no entrega su secreto. El poeta continua describiendo su visión, posiblemente sin comprenderla plenamente. Ahora se pone en contacto con él; “contorno dibujado por el frio de unas manos”. Tropieza con la periferia del Ser, con lo más externo y menos misterioso que éste tiene. En ese instante el escritor propone una imagen sensorial ilógica, o poco usual. Generalmente hablamos del calor de las manos, pero el poeta lo hace del frio de unas manos que, además de dibujar el entorno de algo (el Ser), sostienen “el misterio de los templos” levantados por aguaceros interminables. En ese momento parece que ha entrevisto al Ser. Visión tan profunda que para hacernos dar cuenta de ella recurre a la imagen del frio, y nos dice que ve “el entorno dibujado por el frio de unas manos”. 
Con esa sola imagen nos transporta a lo profundo, a lo recóndito, al confín de todo, allí donde hay frio, al punto alejado del centro humano y, luego nos dice que esas manos sostienen “el misterio de los templos”. Es la visión del Ser vertiéndose en los entes; el Ser esta presente en cuanto hay. En su visión nos dice que todo cuanto existe, el conjunto de la realidad posible, es sagrada, pues es el templo levantado por esa mano; templo construido con esa partícula del Ser que se ha puesto en la realidad.


Luego, retrocede un poco y vuelve a la visión inicial, al confín de lo frio y se encuentra con el abismo y nos dice que “esas manos levantan templos por el misterio que te brinda el abismo cuando menos esperas; cuando más has abandonado”. Es decir, esas manos construyen en virtud del misterio del abismo. El Ser se vierte en otros seres porque quiere. El motivo de este acto, la creación, es misterio.

El conocimiento también es una forma de la creación, en realidad es una co-creacion, una participación en el hacerse de las cosas, sabiendo que y por que sucede esto. El poeta alude a este hecho al decirnos que la revelación, la capacidad de comprender por lo menos en parte la verdad develada, la verdad mostrada, llega al hombre “desde el abismo (desde el Ser) cuando menos lo esperas” y con eso participamos de la creación. Esta revelación no se dá a cualquiera sino al elegido, al que ha sabido prepararse para ese momento supremo mediante el abandono de lo superfluo, por eso el poeta dice: “cuando más has abandonado” la vida superficial y cotidiana, cuando te has refugiado en esa atmósfera de conexiones infinitas que se producen entre lo relativo del hombre y lo absoluto del Ser en si mismo.

Consciente de su rol de profeta, de intermediario entre el misterio más hondo y el hombre inquieto; comprendiendo su papel de transportador de una carga espiritual incomprensible, el poeta afirma: “Yo aviso y declaro tu canto en el confín que humedece lo que esta más allá de la verdad / Oculto la forma de lo que está en la forma misma –junto a mi forma / y me hago desde siempre descubridor de tu ser en el estar de las cosas” (En el estar de las cosas) Es decir, su voz es vehículo que lleva un mensaje hasta el punto que trasciende aquello que nosotros llamamos verdad y que en realidad no lo es. El conocimiento del que habla el poeta es más vital, es conocimiento, contenido interno que cobija y alimenta al espíritu y no simple accesorio que puede ser retirado en cualquier momento, como sucede con la hipótesis cuando la encontramos falsa o equivocada. No, el conocimiento, el verdadero saber, es la integración del hombre con el Ser.


Nuestro poeta afirma, finalmente, que “oculta la forma de lo que está en la forma-junto a mi forma”. etc. Su visión interior ha sido tan inquietante, ha podido ver, no comprender, la forma interna, la que se oculta en el interior de las cosas, que está consciente de que su mensaje es imperfecto, en relación con lo que ha visto y su verbo no transparenta como él quisiera, la real dimensión de esa forma, de ese algo externo que tiene lo más interno de cuanto hay, su esencia, la forma de su ser en el ente. Esta forma interior, la que dá ser al objeto mismo está existiendo junto a nosotros, a cada uno de nosotros, por eso, “están en la forma misma -junto a mi forma”. El hombre, en cuanto a corporeidad se refiere, es innegablemente una forma: la de la figura que tiene.



Su visión termina con una declaración, la confirmación de su rol de profeta por la vocación, por el llamado que ha recibido, dice: “Y me hago desde siempre descubridor de tu ser en el estar de las cosas”. Es la palabra de quien se dirige al Ser mismo sabiéndose su mensajero desde siempre, desde él “siempre” de la elección de éste para hacer de alguien su anunciador, Bedregal, en esta afirmación, confirma esa visión que ha tenido. Al afirmar que es el “descubrido - del ser en el estar de las cosas”. Es el descubridor de que el Ser está en todo lo contingente, en todo cuanto existe en el universo y que este estar es la manifestación de lo contingente, de lo que aparece y desaparece, de lo que tan pronto está como puede dejar de estar, cual es la característica fundamental de todo ente que puebla nuestro universo.


Hasta aquí lo temático que sugiere ese poema. Veamos ahora el uso del símbolo, en el cual el poeta juega un tanto con las imágenes, como con el sentido de la palabras tomando la denotación y la connotación de éstas para expresar aquello que quiere decirnos.

La imagen, el símbolo, se presenta aquí como una clave que el inconsciente produce para entrar en el meollo del conocimiento del Ser. Mediante el símbolo es posible captar alguna faceta importante de la verdad más recóndita; faceta que no llegamos a comprender pero que deja una carga de sugestión en nosotros, la cual es rumiada, lenta y morosamente, por el mismo inconsciente para, de pronto, transmitir un día al consciente esa verdad captada, convertida ahora en concepto lógico que ha ido elaborándose en base a los momentos de búsqueda.


Las imágenes que Bedregal utiliza son extrañas pero sugestivas; imágenes que están en función de un objetivo: servir de clave para el conocimiento, de ese conocimiento poético del que tanto se ha hablado; por eso, tienen ese carácter abstracto e inasible. Sus imágenes, además, están entrelazadas de tal manera que se produce una especie de gradación que permite llevar al lector de lo concreto inmediato a lo abstracto mediato. Esto lo podemos notar en:


     “En ti se reduce el pájaro a la sombra que habita”
      (En el estar de las cosas)

La afirmación sugiere un interlocutor. ¿Quién este tú al que se dirige? Este término tiene dos funciones, es un tú dirigido a captar al ser y, al mismo tiempo, por la otra cara del pronombre, está orientado hacia el hombre, hacia el que pregunta, o por lo menos se inquieta por el Ser. 
Luego viene la imagen del pájaro; lo permanentemente fugitivo, aquello que pretendemos cazar pero que, al acercarnos sigilosamente, huye: Este símbolo concreto se une luego con el signo sombra, el cual ya no es tan concreto; la imagen se hace difusa, es el momento en el que se penetra en lo misterioso. 
La afirmación: “en ti se reduce el pájaro a la sombra que habita” es un todo unitario formado por los elementos pájaro y sombra. La afirmación significa: 
El pájaro (lo fugitivo que es el Ser) se reduce en ti (hombre que buscas) a la sombra que habita (el Ser que huye de la aprehensión). 
Las imágenes han creado un mundo especial, de fugacidad e intangibilidad, lo suficientemente adecuado para transportar su mensaje: El Ser habita en el misterio y es inaprehensible.
Veamos otra imagen, la que en el poema viene a continuación:

“En las fisuras recónditas de tus ojos mecidos por el viento de la medianoche / cuando es silente el sueño”. Aquí, la palabra tú ya no nombrara al Ser como en el caso anterior sino al hombre, al que se inquieta, al que anhela penetrar en el misterio de la verdad. En este caso la palabra tú está unida al hombre por uno de sus extremos, el otro, como hemos visto, se une al Ser. Esto nos muestra que las palabras tienen dos polos que se orientan magnéticamente: uno hacia aquello que queremos conocer y el otro hacia el hombre que quiere 

La imagen anterior, construida en forma compleja, en base a elementos concretos que se unen con lo abstracto o intangible, sigue la misma línea anteriormente enunciada. En efecto, el poeta comienza diciéndonos: “En las fisuras recónditas de tus ojos”. La fisura es algo perceptible en el objeto, pero estas son fisuras recónditas, algo que siendo concreto, no se encuentra tan a la vista sino que están en lo mas intimo, en lo más oculto de esos ojos, los cuales están mecidos por el viento de la medianoche”. De la fisura en el ojo vamos hacia el viento de la medianoche; aquí el elemento viento ya no es perceptible visualmente como la fisura y mucho menos, el de la medianoche.

El poeta ha encontrado lo más etéreo y misterioso: el viento de la hora de los misterios y, esas aberturas de la que nos ha hablado están mecidas por este viento; además, lo están cuando “es silente el sueño”, es decir, los ojos han de ver con lo inconsciente, con lo que está activo a la hora del sueño. De esta manera, el símbolo mienta un encuentro, una visión fugitiva con el Ser pero no una comprensión del mismo.



Por otra parte, Bedregal utiliza un mismo termino en diferentes formas, lo hace funcionar en sus diferentes acepciones; es decir, haciendo un juego estético también nos sugiere –como lo dice Heidegger- que las palabras no son lo suficientemente precisas para enunciar un significado, sino que podemos caer en el equivoco porque el emisor utiliza ese termino con un significado y el receptor lo capta con su otra significación, bien sea por distracción u otro motivo, Bedregal dice: 

“oculto la forma de lo que está en la forma- junto a mi forma”

Aquí encontramos tres veces la palabra forma y no se trata de un simple juego de palabras sino que cada voz tiene un significado diferente al del, otro vocablo; es pues, una necesidad conceptual que entra en juego, además del quehacer lúdico que es todo arte. (YO) oculto la forma (del Ser) de lo que está en la forma misma”. 
Ahora el término forma cumple el rol de nombrar, casi geométricamente, la característica que tiene todo ente material: estar dotado de una forma, la que le da su periferia. De esta manera nos esta diciendo: (yo) oculto la forma (del Ser)… que está en la forma (material) misma”. Yo he entrevisto el Ser y se que está en las cosas. Finalmente nos habla que esto acontece “junto a mi forma”.

Tercera significación del aparentemente mismo término: pero ahora esta palabra se refiere al hombre concreto que es Guillermo Bedregal García que, por el solo hecho de tener un cuerpo, tiene una forma. Por lo tanto nos dice: yo oculto la forma del Ser que está en la forma material misma, junto a mi propia forma”.

Este poeta que tuvo una clara consciencia de la fugacidad de la vida y que, inclusive, parece tuvo premonición de su muerte, que se dio cuenta del próximo fin de su misión como profeta comunicador de la forma del Ser, pues en su poema “En este abismo”, dice al Ser con quien estuvo comunicado:

      “Va a separarse de ti la palabra que denomina al corazón del universo:
        Estoy cerca para permanecer en la muerte que me ofrendas”.


Tuvo también, bastante predilección por la imagen muerte al construir sus versos, veamos algunos ejemplos:

     “El vinculo de esta humildad que nos llega del abismo donde naces cada día por mi muerte”  
(Para que tú pertenezcas a ti)

     “Por las calles alguien regresa de besar su sombra
       y una mujer camina hacia el CEMENTERIO.
      precedida de disfrazados que enfatizan en la piedra su olvido
      y huellas de PÁJAROS ANIQUILADOS en alguna acera:
      su alma en las humaredas con que AGONIZA la fiesta”. 
       (Fin de fiesta)

     “Y esperaban la noche para esperar el día
       entre el tumulto de las habitaciones donde la MUERTE
       de alguien aun prevalecía”

     “-ellos, los conocedores de la amplitud quieta, en la milagrosa”
       de LA MUERTE” (Vísperas de ayer)

     “AL MORIR asentada en un abrazo
      -así digna de ser odiada y adorada por acercarte al jubilo”
                
     “de este canto de MUERTES ofrendado a la vida con miras
       a ayudarla”

Los ejemplos se pueden multiplicar. Este poeta que ofrece la magia de sus imágenes como un regalo de sugestión al inconsciente humano, ávido de estímulos para descubrir verdades, este hombre que nos habla en versículos, en el lenguaje propio de los iluminados, es digno de un serio estudio entre nosotros.

Este poeta que murió al comenzar su obra –pues dejo de existir a los veinte años- quería, como todos, habitar en el interior de una memoria: refugiarse en la consciencia amiga de alguien que pudiera salvarlo de la destrucción que es el olvido total. En su poema “Soy una cosa de olvido” nos dice:

     “Soy una cosa de olvido
       No dejes que me confundan con el tiempo.
       Solo como objeto de olvido
       Tengo rostro
       Y habito en tu memoria”.   (Soy una cosa de olvido)

Consciente de su caducidad como hombre nos habla del afán de permanencia que surge en el interior de cada uno de nosotros, como una tentación o como una vocación, estar en alguien. Ojala no se lo olvide.
 
Estos son otros links de la obra/proyecto "Volcanes y Mineros, Héroes y Poetas"
Links: Volcanes y Mineros, Héroes y Poetas
-          https://vimeo.com/169176433  Cultura en el Espacio – Integración (1998/2009)
                Discurso del Dr. Luis Ossio Sanjinés Ex-Vicepresidente de Bolivia en la presentación la obra…
-          https://www.youtube.com/watch?v=SkAXEIr5QzQ PAT: Carlos Mesa entrevista al Arq. Barrero 
-          http://jaimesaenzvidayobra.blogspot.com/2016/02/blog-post.html  Cinemateca Boliviana 2016
-          http://guillermobedregalgarcia.blogspot.com/ La poesía está unida a la vida como la vida está…
-          https://vimeo.com/138419488 Exposición Homenaje al Arq. Emilio Villanueva, 3 Septiembre 2015
-          https://www.youtube.com/watch?v=4RR-cFftnCA  Ingratitud al: Dr. Daniel Núñez del Prado - 2004
-          http://alfonsobarrerov.blogspot.com/ Presentación libro Alejandro Barrero, Calama – Chile / 2015

-          https://www.youtube.com/watch?v=z4TkkJaGKKU Emilio Villanueva Palacio Consistorial La Paz